Bienvenidos a la página de nuestro Cursotaller Bongá II, del Colegio San José.

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Somos un grupo de jóvenes, estudiantes y egresados del Colegio San José que vibramos por la espiritualidad ignaciana y queremos transmitirla a otros para que logren encontrarse a sí mismos, a Dios y mediante ello, comprometerse con su realidad.

miércoles, 8 de junio de 2016

Día tercero: la pregunta por quiénes somos






Nunca uno puede decir que se conoce del todo, al menos si al dejar las pretenciones se quiere descubrir la verdad que nos hace únicos y que se va construyendo cada día en los acontecimientos que nos cambian y moldean nuestra identidad. Con esa intención llegamos al tercer día de nuestro Cursotaller Bongá II, queriendo descubrir eso que somos que nos hace distintos y sobre todo especiales, valorables, dignos de afecto y de reconocimiento.




No es fácil responder la pregunta de quiénes somos. Quizá para la respuesta vengan a la mente datos del currículo, gustos, aficiones, grupos a los que se pertenece. Pero la pregunta va más allá; requiere tomar conciencia que nuestro yo es un misterio, no sólo porque percibimos una pequeña parte como un iceberg, sino porque es sagrado, es precioso. El cometido de este tercer día fue sólo un intento, una introducción al terreno sagrado que es cada uno de nuestros jóvenes, a los muchos lenguajes que podemos recurrir para definirnos, para decir algo de nosotros que intente aunque sea dar un breve resplandor de ese misterio que nos constituye.

Esta pregunta de quiénes somos tiene, asimismo, profundas raíces espirituales. Dios es quien nos llama por nuestro nombre, quien es capaz de pronunciarlo y quien al hacerlo es capaz de llegar a todos los rincones de nuestra vida. No le gusta ser, por tanto, un Dios anónimo, es un Dios de personas, "el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob", seres humanos como nosotros, "el Dios de Jesús", hermano nuestro y Dios al mismo tiempo, el Dios de mi padre y el tuyo, el de mi abuela, el de mi hermana, el mismo. Es un Dios de seres vivos, de seres que desean y que sienten, que lloran y ríen y a veces se equivocan; un Dios que no aniquila nuestra identidad, que no nos trata como marionetas, sino como sus interlocutores, un Dios que nos invita a ser sus amigos, sabiendo que a El todo se lo debemos, sin echarnos nada en cara.





Dios es, por consiguiente, el más interesado en que nos tomemos en serio la pregunta de quiénes somos, esa es su obra de arte que nos invita a apreciar cada día, a escrutar como quien se lee una novela ávidamente de principio a fin. Y Él, que nos ha traído a este Cursotaller Bongá II, nos regala el don de respondérnosla con amor y con paciencia, con comprensión y sano sentido del humor. Así podemos ofrecerle lo que somos, presentarle aquello que nos estorba y darle lo que nos corresponda, como hizo San Ignacio en Monserrat al velar sus armas de caballero y empezar su vida de seguimiento a Cristo, como hacemos ahora nosotros para caminar con Él para siempre.

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