Bienvenidos a la página de nuestro Cursotaller Bongá II, del Colegio San José.

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Somos un grupo de jóvenes, estudiantes y egresados del Colegio San José que vibramos por la espiritualidad ignaciana y queremos transmitirla a otros para que logren encontrarse a sí mismos, a Dios y mediante ello, comprometerse con su realidad.

jueves, 9 de junio de 2016

Día cuarto: las huellas de Dios






Cuenta la historia que Ignacio de Loyola en su viaje a Jerusalén tenía especial devoción por el lugar donde, según la tradición, se encontraban las huellas de Jesús. Por eso iba constantemente al Monte de los Olivos a encontrarse con este lugar, contemplando con mucho sentimiento cómo el mismoDios había dejado en aquel monte su huella y cómo esta seguía ahí, a pesar del paso de los siglos. Nosotros también, en esta montaña de nuestra Sierra Nevada nos encontramos con las huellas de Dios. Las vemos presentes en nuestra propia vida como el lugar que Dios siempre visita con respeto y en donde sus huellas son permanentes, indelebles, tal como aquellas huellas que visitaba Ignacio en Jerusalén.




Este día cuarto la invitación fue esa: dejarnos conmover por las huellas de Dios en nuestra vida, identificar sus marcas que sólo son visibles cuando damos un tiempo considerable a la oración, al silencio, al encuentro. Conscientes de esta realidad los participantes del Cursotaller Bongá II pusieron todos los medios para lograr un día de profundo diálogo con Dios.


La misma montaña sagrada donde estamos fue testigo del encuentro que tuvimos que, al ser con Dios, también tuvo que ver con nuestro entorno, nuestro mundo roto y las consecuencias de nuestros actos que ciertamente lo desequilibran y lo malogran convirtiéndolo en un espacio menos apto para la vida. Esas palabras las escuchamos varias veces de nuestros hermanos los Koguis, dueños de la Sierra Nevada junto con otros pueblos originarios, que vinieron a visitarnos para invitarnos a acoger el mensaje de la Sierra como la madre que nos ha invitado a su seno para darnos sus respuestas a nuestras preguntas. Hemos venido pues, quizá inconscientemente atendiendo esa silenciosa invitación.




Nuestro Cursotaller Bongá II se acerca ya a su mitad y en verdad ha sido un verdadero tiempo de reconciliación para nosotros, de verdadero reencuentro con Dios y la naturaleza y con las relaciones humanas que nos son más significativas. Seguiremos ahondando en ese proceso mientras esta montaña sagrada continúa regalándonos sus respuestas y nosotros, en medio del canto exuberante de las aves, reconocemos la voz de Dios que nos habla al oído.

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