Esta realidad se hace significativa en nuestro cursotaller. Abrirnos a la experiencia del otro es de algún modo hacerse vulnerable, pero sólo desde ahí se hace posible la vivencia del amor. El amor es algo para lo cual se precisan dejar todas las prevenciones, quitarse aunque sea un poco las seguridades que nos anclan a nuestras zonas de confort y no nos dejan seguir adelante. Es asumir, asimismo, una experiencia de riesgo sin la cual nos perdemos lo mejor de ser seres humanos.
Es toda una experiencia en este cursotaller abrirnos a la fraternidad que se va tejiendo entre nosotros, siento todos de procedencias y culturas diferentes, y notar que en la medida en que dejamos Dios acontece entre nosotros, abriendo nuestra mirada a la realidad y dejándonos compadecer por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario